Está a 600 años luz de la Tierra, tendría agua, gira alrededor de un Sol como el nuestro y su temperatura en la superficie sería muy agradable. La agencia espacial estadounidense NASA confirmó este lunes por primera vez la existencia de un planeta fuera del sistema solar que podría estar habitado, a unos 600 años luz de la Tierra.
El planeta, descubierto gracias al telescopio espacial Kepler, fue detectado en 2009 pero no fue hasta ahora que se informó por los astrónomos que sus condiciones son aptas para la vida.
Según los científicos, la sonda con el telescopio ya había dado pistas de la existencia de planetas orbitando en “zonas habitables” pero esta es la primera ocasión en que puede constatarse.
Aunque los astrónomos no pueden confirmar que haya realmente vida en él, lo favorecen la posible existencia de agua y también sus condiciones atmosféricas y su temperatura.
El exoplaneta Kepler-22b es el más pequeño encontrado dentro de un sistema de otros mil candidatos, pero aún así es más grande que la Tierra y todavía no se ha determinado si es rocoso, gaseoso o líquido.
Sólo se sabe que tiene 2,4 veces el radio de nuestro planeta y que gira cada 290 días alrededor de su estrella, similar a nuestro Sol. Se estima que su temperatura en la superficie sería de 22 grados Celsius.
Según dijo la subdirectora del equipo científico del Centro de Investigación Ames de la NASA, Natalie Batalha: "estamos cada vez más cerca de encontrar un planeta parecido a la Tierra".
La sonda Kepler fue lanzada en marzo de 2009 con el objetivo de recopilar información y pruebas sobre planetas que orbitan alrededor de estrellas con condiciones de temperatura promedio donde pueda existir agua líquida y, por tanto, vida tal y como la conocemos.
Desde ese año, la sonda, que está dotada de la cámara más potente jamás enviada al espacio sideral, ha descubierto otros 1.094 posibles exoplanetas, el doble del número hasta entonces eran rastreados.
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