Como recordarán, un hombre lobo es un hombre o mujer que durante las noches de luna llena se convierte en lobo y sale a los bosques a atacar a los viajeros. Generalmente se convierte en hombre lobo después de haber sido atacado por uno de estos animales o bien, como parte de una maldición.
Sin embargo, también es posible encontrar algunos seres humanos que después de algún accidente, de su muerte o de ser atacados, durante las noches son capaces de convertirse en bestias distintas a los lobos y, a diferencia de los hombres lobos, no siempre son criaturas malvadas; veamos algunos ejemplos:
En China y en Japón se hablaba de los hombres zorro, que eran zorros que habían vivido más de 500 años en un cementerio, cuando se convertían en humanos lo hacían con el propósito de engañar y hacer daño a la gente.
En Gales se pensaba antiguamente que las brujas podían convertirse en liebres malvadas con el propósito de beber la leche de las vacas de los granjeros; también se creía que podían pronunciar hechizos para convertir a los aldeanos en animales e incluso se pensaba que al morir se convertían en lobos que atacaban a gente inocente.
Algunas leyendas de los países del norte de Europa, especialmente Noruega, contaban la historia del Príncipe Bjorn quién fue hechizado por su madrastra y se convertía todas las noches en un gran oso que salía a sembrar el terror entre sus pobladores. Era tal el terror que causaba, que su propio padre, sin saber del hechizo, contrató a cazadores para que lo mataran; cuando el oso fue cazado, su madrastra invitó a toda la población a un gran banquete de celebración cuyo principal platillo fue el oso que ella misma cocinó y sirvió.
Otras leyendas escandinavas contaban también de Odin, el dios de la guerra, quien siempre fue un guerrero valiente pero que convertía a sus enemigos o cualquier guerrero que no fuera lo suficientemente valiente, en jabalíes.
Por último, en Alemania se contaba la historia de Hatto, un obispo que fue cruelmente atacado y devorado por ratas, que eran los espíritus de los campesinos que Hatto había asesinado.
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