El perro del diablo.

Esto fue en la época de la revolución mexicana entre 2 pueblos de Michoacán, ahora solo recuerdo que uno se llama Maravatio y es donde vivía mi padrino cuando era niño.

El y su padre hicieron un viaje a un pueblo vecino, según recuerdo vendían animales, y lo que cosechaban, todos los días se levantaban temprano como es común en el campo y emprendieron su viaje el cual les tomaba al rededor de 2 horas a caballo. Así paso el día sin mayor sobresalto, salvo que sin darse cuenta del paso del tiempo salieron muy tarde del pueblo.

En el trayecto podía verse una luna espectacular, tan grande y hermosa como pocas veces se puede ver ya, ademas de estar cobijada por los cerros y las estrellas, mientras tenían ese fondo espectacular desde uno de los cerros pudieron apreciar a lo que parecía ser una persona, que de un momento a otro empezó a contorsionarse hasta quedar en una posición en 4 ellos pararon el caballo y no podían creer lo que estaban viendo; se escucho un aullido que les puso la piel de gallina, ni tardos ni perezosos siguieron su camino pero su sorpresa y su temor se fue al cielo cuando pudieron ver que "eso" los seguía avanzando entre el cerro como una gran sombra negra.

De repente "eso" avanzó a una velocidad increíble hacía ellos atravesando sin más una barranca y desapareció ante sus ojos; como católicos que son empezaron a rezar y a tratar de avanzar su camino pero ya no estaban solos. El caballo no quería avanzar y se puso muy nervioso, tanto que casi los tira al barranco, el sombrero del papá de mi padrino voló sin haber una corriente de aire y fue atacado por algo que no podía ver los rasguños y las mordidas era profundas y muy grandes, empezó a perder sangre hasta desmayarse, mi padrino por otro lado no sufrió ningún rasguño pero de igual manera cayo desmayado.

A la mañana siguiente despertó en su casa, pensando que había sido un sueño fue a buscar a su papá, su sorpresa fue mayúscula cuando vio a su padre vendado y mal herido, con fiebre y delirando acerca de "eso"; tuvo que ir una curandera del pueblo a ayudarlo pues según esto el ya no podía estar tranquilo, y solo le dijo:

Debes de estar agradecido de que el perro del diablo no te llevará.

Fuente.