Crea su propio búnker anti-zombies.

Un catalán crea su propio búnker anti-zombies





Los zombies están de moda. Y como en todas las modas, hay gente que se lo toma demasiado en serio. Este es el caso de Dani, un joven catalán fanático de esas criaturas que ha decidido construir un refugio anti-zombi. Y lo está haciendo él mismo, con sus propias manos.

Dani compró un terrenito en El Vallès Oriental, una comarca cercana a Barcelona, y trabaja desde el pasado agosto en crear y acondicionar su búnker para sobrevivir al apocalipsis zombie. Y no le va a faltar de nada. No se trata simplemente de un mero lugar donde esconderse, ya que contará con instalaciones de todo tipo, tales como una torre de vigilancia, generadores, despensas, garage o hasta una capilla.

Para una mayor seguridad, este refugio estará, en su mayor parte, bajo tierra, con una serie de facilidades en la parte superior, incluida una salida de emergencia. Está dividido en diferentes zonas, según la importancia del ataque. En un principio, los habitantes podrían andar por la zona de superficie, la amarilla, existiendo incluso un huerto en el cual poder cultivar alimentos frescos, y retirarse en caso de peligro.





Si la cosa se pone fea, los habitantes se retraerían al interior y vivirían exclusivamente en la zona roja, la cual se encuentra situada bajo toneladas de hormigón y con varias puertas reforzadas para impedir el acceso de los zombies. Los supervivientes pueden comprobar que sucede en las inmediaciones o en el propio complejo mediante un circuito cerrado de televisión. No faltan antenas de tv y radio para recibir y enviar comunicaciones de emergencia.

Lógicamente, la alimentación es vital para sobrevivir durante mucho tiempo. Dani lo ha tenido en cuenta. No sólo cuenta con una cocina con despensa, sino que tiene un almacén donde hay comida suficiente para que siete personas sobrevivan durante un año, aún más tiempo si el grupo es más reducido. El menú, claro está, será poco variado: pasta, más pasta y alguna conserva será la dieta de los habitantes de la tierra del mañana.





Nuestro amigo tiene realmente cubiertas todas las contingencias. En caso de que alguno de los ocupantes contrajera la enfermedad zombie, existe una zona de cuarentena donde encerrar al enfermo. Y si sucumbiera, o algún muerto viviente accediera al búnker, éste dispone de un crematorio de emergencia en la que disponer de los cuerpos, evitando así todas las grandes inconveniencias de tener que convivir con un cuerpo en descomposición.

En cuanto a la capilla de la que hablábamos, está consagrada a varias religiones, para que los creyentes encuentren allí algo de consuelo y un lugar donde rezar. ¿Y el garaje? Pues evidentemente, sirve para guardar los vehículos. Pero no unos cualquiera, sino unos adaptados a la extrema situación del apocalipsis: cuentan con blindajes especiales y refuerzos para que evitar que los no-muertos alcancen a sus ocupantes.





Uno de los puntos débiles del plan de Dani son las armas, ya como que como él comenta, es imposible para un civil hacerse con armas pesadas y cantidades de ingentes de munición. Su solución: instalar un sistema aspersor de… ácido sulfúrico. Su idea: que el ácido caiga sobre los cráneos de los zombis y corroa su cerebro hasta acabar con ellos.

La idea del propietario es que el refugio sirva de centro de resistencia para los supervivientes, donde los humanos puedan reagruparse, y con capacidad de comunicarse y asistir a otras personas en problemas. El interior de la construcción cuenta con mapas de la zona donde ha señalado los puntos de interés: farmacias, gasolineras, posibles refugios para otros refugiados…





Como ven, el dueño ya ha trazado varios planes de actuación ante cualquier contingencia. No es para menos, ya que afirma que cree que el apocalipsis llegará “pronto”. Mientras tanto, pueden ir preparándose también visitando su blog. Un consejito: no se olviden un parchís, que van a ser muchas horas encerrados.




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