La ciencia ha confirmado lo que ya sabían nuestras abuelas: el amor puede enfermarnos. Aunque para muchos la etapa de enamoramiento es la mejor, para algunas personas las manifestaciones físicas del amor son extremas.
“Enamorarse afecta tu cerebro de la misma manera en que lo haría fumar crack”, afirma Ethlie Ann Vare, autora de “Adicto al amor: Sexo, Romance y otras drogas peligrosas”. En efecto: una vez que el amor toca nuestra puerta, nuestro cerebro empieza a secretar un coctel de neurotransmisores que nos desestabilizan, y en el peor de los escenarios, incluso nos enferman.
¿Quieres saber por qué ocurre esto? 1.- No puedes dormir: Esto es porque no puedes dejar de producir dopamina y norepinefrina. “Por eso tienes tanta energía, tu rostro está radiante, puedes caminar hasta el amanecer y hacer el amor a todas horas”, dice la doctora Helen Fisher, investigadora del tema de la Universidad de Rutgers. Evidentemente, no hay cuerpo que aguante ese ritmo.
2.- No puedes comer: Eso puede deberse a la “limerencia”, un término psicológico que se refiere al estado obsesivo y intrusivo en el que solo queremos estar con la persona amada, dejando de lado las responsabilidades y a nosotros mismos. O sea, nos podemos volver locos de amor. Afortunadamente, este estado dura entre 6 meses a dos años como máximo.
3.- No te puedes concentrar: Aproximadamente el 10 por ciento de las personas nace con un pobre funcionamiento de los receptores de dopamina, pero cuando se enamoran y la dopamina fluye a raudales, solo pueden pensar en este sentimiento que los hace sentir tan bien.
4.- Presión en el pecho: El amor, el pánico y la ansiedad están interconectados en el cerebro. Es por ello que cuando se hizo un estudio a 75 personas “locamente enamoradas” se encontró una intensa actividad en la corteza insular de sus cerebros, la misma zona que procesa los sentimientos de miedo.
5.- Náuseas: Liberas tanta norepinefrina, dopamina y cortisol, que se interrumpe el flujo de sangre en el estómago.
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